De regreso a Asia

El viernes (28 de agosto) por la noche mientras caminaba en el parque cercano, Sun Yat Sen, vi como estaba la sección de niños con el bullicio de los chamacos jugando. Me pregunté por qué habrá tanto chamaco si ya es tarde. Eran las diez de la noche. Pues porque era viernes. Se nota entonces el fin de semana con los niños en el parque hasta más tarde. Es increíble cómo se puede andar a cualquier hora en los parques sin problema. Lo más tarde que he venido ha sido a las doce de la noche. Después de las diez y media apagan las luces principales. Y  sólo quedan unas luces en el piso. A primera vista asusta esa tiniebla visitada  aún    por uno que otro que aprovecha venir a correr en el último instante de sus noches. Y   pensarán  que no hay mujeres, pero sí que aprovechan también para correr.  Los adultos mayores, como se les dice en México, no faltan a sus ejercicios por las   mañanas, y en las tardes. Algunos grupos de señoras hacen yoga, otras practican con música y

Me había desistido a escribir un blog. Sin embargo la idea estaba rondando mis pensamientos desde hace semanas. Algunos de los lectores facebookeanos me animan a seguir en esta aventura de escribir. Mi escritura ha sido un espacio de diálogo conmigo mismo. Años plasmados en cuadernos.  P or alguna razón, quizás de desidia, o de falta de decisión a enfrentarme a buscar publicar. A esto hay que agregar que hay temporadas de trabajo que dejan poco tiempo para escribir. Muchos textos se reducen a cuadernos que se han ido llenando al paso de los años. Ahora con estas ‘vacaciones’ en Hong Kong me he dado un tiempo también para retomar ideas plasmadas en algunos de esos cuadernos. El trabajo de retomar ideas no ha sido sencillo. Hay textos que se reducen mucho, hay ideas que se amplían. Desde hace un par de años he venido organizando algunos textos entre intentos de poemas por un lado y narraciones por otro lado. Ahora que empiezo a v

NUEVO VUELO Hoy tuve la llamada esperada... Ayer entrevista, hoy me confirmaron que me contratan en SIS HK. Fui a mi caminata nocturna a la orilla de la bahía de Sai Ying Pun en el parque Sun Yat Sen. Respiré profundo mientras observaba los ferris y los barcos cruzar con sus luces encendidas al interior. Mientras tanto pensaba en ese ferri que tendré que tomar para ir a Macau cuando me entreguen la visa de trabajo. Agradecí a Dios, o como le quieran llamar, por una experiencia más a mi vida laboral. También tuve la suerte de escuchar música de un grupo que practicaba con un instrumento largo en forma de flauta, pero se toca como el violín con un arco, suena muy suave. Debe tener unas cuerdas muy finas a lo largo del tubo. Así que venía a relajarme perfectamente. Sólo resta esperar la visa de trabajo un par de semanas. Había dudado por un momento que me contrataran en la última pregunta, que no había captado claramente. Había una palabra que me había desconcertado, quizás p