Orgullo y angustia En algún momento de mi vida dejé de ser insistente en la búsqueda de la amistad... Me concreto a conservar los pocos que son mucho para el alma, para el corazón. Sin embargo, siempre aparecerán nuevas amistades en el camino que uno sigue, por lejano que esté de casa. Afortunadamente así pesa menos el camino, aunque luego no deje de tener polvoredas, ligeras borrascas o tormentas y huracanes. No me gusta rogar mi amistad, mi trabajo ni mi amor... Y cuando algo viene a perturbar mi existencia sin haberlo anunciado, a veces conviene echar mano del orgullo --a menos eso pensaba hasta ahora-- como arma extrema, como último recurso para las difíciles desiciones. Pero el corazón parece que nunca se cansará de rogar hasta la muerte. Y ruega por amistad o por amor, o por soledad o por encanto... Y súbitamente, la razón quiere evitar el sufrimiento... llama al orgullo a la batalla. Pero hoy he descubierto que hay algo más fuerte que el orgullo, y lo derrota lentament