Personas nuevas, personas pasajeras
PERSONAS NUEVAS
Cualquier día
en cualquier lugar
uno tropieza con personas nuevas;
ángeles que se atraviesan
dice mi madre-maestro Josefina
Y yo creo que algo de eso es cierto
pues llegan justo a enseñarnos algo.
Luego desaparecen,
cuando tienen que desaparecer.
Uno se queda con la memoria llena de algo
como enseñanzas de la vida pasajera.
A veces uno apenas tiene un nombre en las manos
y algunas enseñanzas
que ayudaron a andar el camino
que hicieron el camino más ligero.
Luego quizás no se parecen más;
su mission era para ese momento nuevo
en ese espacio nuevo.
¡Qué importa si nuestras opinions diferían!
Pero llegaron palabras de aliento
justo cuando tenían que llegar.
cómo si Buda hubiera estado
alentando un poco mi espíritu
con un diminuto hálito.
EL ANDANTE KEATH
Keath, mi amigo,
era quizás lo contrario a mí.
Abría las puertas de los baños con servilletas,
No miraba las ofrendas a Buda en las calles.
Me prohibía tomar fotos de los templos...
Quería influir en todo mundo,
de uno en uno trataba de animarnos
a cada personalidad según su proyecto.
Y quizás con sus oraciones a Buda
a cada quien nos llegó
una ración de aliento, de ánimo
en el momento justo del momento.
Pues todos coincidímos en ser
pasajeros errantes en una isla.
La mayoría de algún punto de Asia,
y yo de la lejana Costa Esmeralda, Veracruz.
MAL ENTENDIDOS
Los destinos tienen planeados sus encuentros y desencuentros.
Keith decía 'Lo anímo a seguir- a un fulano que dejó un proyecto-
pero solos se van dispersando sólo quedan los más fuertes'.
Yo decía 'no puedes cambiar la opinion,
la desición de los demás; por alguna razón será'.
Selección natural, contestaba...
Un día, en un templo budista, cansado de haber dormido poco
-aún sin trabajar, sólo buscar y buscar-
toqué sin querer el recinto donde estaba algún personaje budista.
No se toca, increpó entre asustado y enojado.
Mi espíritu se ruborizó y se marchitó;
como si hubiera roto un tesoro sagrado.
Luego esperé afuera, mientras él terminaba
de visitar a sus personajes sagrados.
Al salir, yo estaba tratando de relajar mis pies en el piso de madera del patio,
y me dijo con un una voz fuerte e indignada: ¡No se quitan los zapatos aquí, es una ofensa, estás pésimo hoy!
De nuevo me sorprendió y ruborizó. Lo único que se me ocurrió decir: Si en Asia se quitan los zapatos.
--Pero en este templo no.
En la calle nos despedimos, sin fecha para una próxima clase de chino-español.
Jamás nos volvimos a comunicar. Entre mi orgullo y el suyo. Entre malentendidos culturales acumulados. Creo que fue estrategia del destino, encontrar una gran personalidad, con gran energia y optimismo, para esfumarse cuando tenía que esfumarse.
Algún lugar de Hong Kong (cerca de Western Market)
Cualquier día
en cualquier lugar
uno tropieza con personas nuevas;
ángeles que se atraviesan
dice mi madre-maestro Josefina
Y yo creo que algo de eso es cierto
pues llegan justo a enseñarnos algo.
Luego desaparecen,
cuando tienen que desaparecer.
Uno se queda con la memoria llena de algo
como enseñanzas de la vida pasajera.
A veces uno apenas tiene un nombre en las manos
y algunas enseñanzas
que ayudaron a andar el camino
que hicieron el camino más ligero.
Luego quizás no se parecen más;
su mission era para ese momento nuevo
en ese espacio nuevo.
¡Qué importa si nuestras opinions diferían!
Pero llegaron palabras de aliento
justo cuando tenían que llegar.
cómo si Buda hubiera estado
alentando un poco mi espíritu
con un diminuto hálito.
EL ANDANTE KEATH
Keath, mi amigo,
era quizás lo contrario a mí.
Abría las puertas de los baños con servilletas,
No miraba las ofrendas a Buda en las calles.
Me prohibía tomar fotos de los templos...
Quería influir en todo mundo,
de uno en uno trataba de animarnos
a cada personalidad según su proyecto.
Y quizás con sus oraciones a Buda
a cada quien nos llegó
una ración de aliento, de ánimo
en el momento justo del momento.
Pues todos coincidímos en ser
pasajeros errantes en una isla.
La mayoría de algún punto de Asia,
y yo de la lejana Costa Esmeralda, Veracruz.
MAL ENTENDIDOS
Los destinos tienen planeados sus encuentros y desencuentros.
Keith decía 'Lo anímo a seguir- a un fulano que dejó un proyecto-
pero solos se van dispersando sólo quedan los más fuertes'.
Yo decía 'no puedes cambiar la opinion,
la desición de los demás; por alguna razón será'.
Selección natural, contestaba...
Un día, en un templo budista, cansado de haber dormido poco
-aún sin trabajar, sólo buscar y buscar-
toqué sin querer el recinto donde estaba algún personaje budista.
No se toca, increpó entre asustado y enojado.
Mi espíritu se ruborizó y se marchitó;
como si hubiera roto un tesoro sagrado.
Luego esperé afuera, mientras él terminaba
de visitar a sus personajes sagrados.
Al salir, yo estaba tratando de relajar mis pies en el piso de madera del patio,
y me dijo con un una voz fuerte e indignada: ¡No se quitan los zapatos aquí, es una ofensa, estás pésimo hoy!
De nuevo me sorprendió y ruborizó. Lo único que se me ocurrió decir: Si en Asia se quitan los zapatos.
--Pero en este templo no.
En la calle nos despedimos, sin fecha para una próxima clase de chino-español.
Jamás nos volvimos a comunicar. Entre mi orgullo y el suyo. Entre malentendidos culturales acumulados. Creo que fue estrategia del destino, encontrar una gran personalidad, con gran energia y optimismo, para esfumarse cuando tenía que esfumarse.
Algún lugar de Hong Kong (cerca de Western Market)
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