Larga recepción del Año Nuevo chino
(Nota: El siguiente texto es un texto atrazado desde febrero en mi libreta, cuando las celebraciones del nuevo año en Oriente se extendían por una semana o más)
Las celebraciones del año nuevo en Hong Kong
se extendieron por una semana
lo que me dejaba una sensación de brevedad
en 'nuestro' año nuevo con una cena
y celebraciones con amigos
y bailes de fin de año.
Y al día siguiente
una cruda tenue
va desvelando el lento llegar del Año Nuevo
que a pesar del entusiasmo de la noche anterior
todos se disponen a inciar
con una fatiga imperceptible;
como un entusiasmo adormilado.
Mientras tanto
en el extremo y remoto Hong Kong
la brevedad de la celebración del Año Nuevo gregoriano
se compensa semanas más tarde
con la llegada del Año Nuevo Chino.
Semanas después
de acuerdo al conteo lunar
llega el año del animal que corresponda.
Este año, dos mil diez y seis
ha llegado el Mono de oro.
Los mercados y las florerías se llenan de euforia frutal.
Y brotan arreglos frutales y florales
desde días ante dela inminente llegada .
El ocho de febrero
fue la puerta de entrada del Mono de oro
que llega entre alegorías de frutas y flores.
Desde mi testimonio visual
veo que se suman a los juegos pirotécnicos
desfiles a lo largo de la semana
y una multitudinaria compra de árboles frutales
plantados en masetas
bañadas en cítricos colores
como peses en pesceras
repletas de coloridas escamas.
Y en la copa y capa de los árboles
se anuncian sobres rojos
comohojuelas que se desgranan
del año que llega
llenando de alegría las infantiles, jóvenes y adultas
manos que los reciben:
Generalmente, dinero encapsulado de alegría
como una semilla en su cáscara...
Me queda una sensación de una larga celebración,
como si festejaran la llegada de todo el Año Nuevo
en la antesala de una semana.
¿Será que nosotros celebramos más el año que se va,
el año viejo, el viejo año
más que el año que nos recibe?
Las celebraciones del año nuevo en Hong Kong
se extendieron por una semana
lo que me dejaba una sensación de brevedad
en 'nuestro' año nuevo con una cena
y celebraciones con amigos
y bailes de fin de año.
Y al día siguiente
una cruda tenue
va desvelando el lento llegar del Año Nuevo
que a pesar del entusiasmo de la noche anterior
todos se disponen a inciar
con una fatiga imperceptible;
como un entusiasmo adormilado.
Mientras tanto
en el extremo y remoto Hong Kong
la brevedad de la celebración del Año Nuevo gregoriano
se compensa semanas más tarde
con la llegada del Año Nuevo Chino.
Semanas después
de acuerdo al conteo lunar
llega el año del animal que corresponda.
Este año, dos mil diez y seis
ha llegado el Mono de oro.
Los mercados y las florerías se llenan de euforia frutal.
Y brotan arreglos frutales y florales
desde días ante dela inminente llegada .
El ocho de febrero
fue la puerta de entrada del Mono de oro
que llega entre alegorías de frutas y flores.
Desde mi testimonio visual
veo que se suman a los juegos pirotécnicos
desfiles a lo largo de la semana
y una multitudinaria compra de árboles frutales
plantados en masetas
bañadas en cítricos colores
como peses en pesceras
repletas de coloridas escamas.
Y en la copa y capa de los árboles
se anuncian sobres rojos
comohojuelas que se desgranan
del año que llega
llenando de alegría las infantiles, jóvenes y adultas
manos que los reciben:
Generalmente, dinero encapsulado de alegría
como una semilla en su cáscara...
Me queda una sensación de una larga celebración,
como si festejaran la llegada de todo el Año Nuevo
en la antesala de una semana.
¿Será que nosotros celebramos más el año que se va,
el año viejo, el viejo año
más que el año que nos recibe?
(Escrito el 18 de febrero de 2016)
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