Introducción Las calaveritas literarias son versos picantes y traviesos que bailan entre la vida y la muerte con la gracia de un esqueleto que bien puede estar tocando la guitarra bajo la luna de noviembre. Nacidas en el corazón de México, estas composiciones breves — a menudo en forma de cuartetas rimadas — son un homenaje irónico, juguetón y cariñoso a los vivos… fingiendo que ya han cruzado al más allá.
Surgen en el siglo XIX, en plena efervescencia del periodismo popular mexicano, como una forma de criticar con ingenio a las figuras del poder, usando la muerte como metáfora igualadora: al fin y al cabo, reyes y mendigos, ricos y pobres, todos terminan bajo el mismo sombrero de la calaca. Con el tiempo, se volvieron tradición escolar y familiar, escritas por niños y adultos por igual en los días previos al 1º y 2 de noviembre — cuando los altares se llenan de pan, flores y recuerdos, y el velo entre los mundos se vuelve tan delgado como el papel picado que ondea en el viento.
Así, la calaverita literaria no es un lamento, sino un canto a la vida… un canto que cura la enfermedad de vida, guiñando el ojo a quién se le dedica y rima y vibra en los huesos.
Pues bien, en la lejanía de mi tierra, me nació esta calavera, así sin querer queriendo justo antes de los días de muertos.
Espero que llegue hasta los oídos de mis ancestros, que el eco despierte desde los abuelos a los que ya se adelantaron en el camino.
Flaca la calaca
(Image generated with AI, prompt from autor)
FLACA LA CALACA
Flaca la calaca
Al doctor Ivan vino a buscar
Pero andaba de parranda
Y no lo pudo encontrar.
Preguntó a los amigos
En qué aposento buscar.
– Quizás en la Sierra Norte
Se oyó un murmurar.
Pero un sueño lo alcanzó
Y a Brasil se lo llevó
— De la que se salvó– Dijo la calaca flaca.
Pero en Brasil si el calor no lo mata
La gota gorda sudará;
Yo creo que no comerá
ni chocolate ni pan.
Con aire de decepción
La calaca sin opción
A otras puertas fue a tocar
Para ver
A quién se podía llevar.
(Escrito el 31 de octubre de 2025. Hong Kong. Alfredo Jiménez Fernández).
🇭🇰
En cuanto a mi Ofrenda
Por otro lado, mi ofrenda para los que se adelantaron en el camino fue muy simple.
Lo buenísimo es que conseguí pan de muertos acá en el Oriente, en Hong Kong, gracias a El Taquero (Alejandro Ramírez).
¡El Taquero sí que hizo una ofrenda hermosa!
En especial me llamaron la atención un par de personajes mexicanos: Fida Kahlo y Juan Gabriel.
Sólo me queda imaginar esos altares en mi espíritu para no olvidar a los abuelos, mis hermanos, mi madre y a Don Pedro.
Esos espacios que el abuelo contaba que eran maravillosos y encantados dónde se podía entrar en un cerro y ver todo con la condición de salirse antes de que terminara el día; tal vez ahora les toca a ellos disfrutar por un día, y se tendrán que marchar antes de que termine el día, o se quedan a sufrir de nuevo!! :))
¡Feliz temporada del Día de Muertos!
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